En esta conferencia del Segundo Encuentro Iberoamericano de Diseño Gráfico (GRAIBA'94), la autora, Matilde Capitán Narvión, se detiene a explorar casos de campañas publicitarias que se aprovechan de la capacidad de percepción subliminal para vincular los productos promocionados con excitaciones de índole sexual. Es evidente que, aun cuando no se llegue a esos extremos, la publicidad resulta ser un arma peligrosa que tiene que ser manejada con conciencia ética, porque solo ello puede impedir que se convierta en instrumento de manipulación del ser humano. En este mundo inmerso en propaganda de todo tipo, la ética nos recuerda que toda instrumentalización del ser humano, su reducción a mero consumidor, objeto o blanco publicitario, es una violencia que lo degrada.