En esta excelente obra de carácter técnico-pedagógico, la profesora y conservadora de obras de arte Simona Cappelli describe tres intervenciones de conservación que ella realizara entre los años 2007 y 2010, las cuales tuvieron por objeto una pintura sobre tela del artista dominicano Silvano Lora, seis columnas de piedra de la época del Santo Domingo colonial y una pintura mural del artista haitiano Roland Dorcély. Como bien explica la profesora Cappelli, todo experto en la materia tiene que respetar el carácter único de la obra de arte tanto en su originalidad como en su devenir natural en el tiempo. Es por eso que las intervenciones deben estar plenamente justificadas; deben basarse en un estudio minucioso de las técnicas y materiales originales empleados en la obra en cuestión; deben implicar métodos acordes con ella y con el ambiente en el que se encuentra; deben ser reversibles, es decir, deben ser fácilmente eliminadas sin perjudicar el objeto original; y deben ser rigurosamente documentadas, de suerte que en el futuro, cuando sea necesario, otras posibles intervenciones puedan ser hechas de manera correcta. Es importante tener en cuenta que se interviene la obra de arte por necesidad, esto es, para "intentar curarla de sus patologías" y para intentar conservarla íntegra, libre, en la medida de lo posible, de las degradaciones y los daños antrópicos. Esta es la razón por la que hay que optar a tiempo por una conservación preventiva y programada.