Este es un trabajo que analiza los desafíos que la globalización presenta a las universidades dominicanas. Dominadas por su carácter eminentemente "profesionalizante", esto es, por haberse limitado a capacitar mínimamente a los recursos humanos requeridos por la economía nacional, hoy deben enfrentarse a la emergencia de una sociedad global en el que la capacidad de crear conocimientos se ha convertido en la llave que da acceso a las posibilidades de desarrollo personal y colectivo. Esto significa que el sistema de educación superior dominicano requiere transformaciones que van más allá de la simple contratación de profesores que tengan títulos de doctorado: ante todo, las universidades, el Estado y la sociedad toda deben entender la necesidad de invertir en investigación permanente en todas las áreas educativas, deben transformar sus métodos de enseñanza para hacerlos más dialógicos y críticos y deben reestructurar el sistema de incorporación e integración de los profesores al aparato académico. Solo así se avanzaría en el logro de dos objetivos esenciales: 1) que el sistema universitario tenga capacidad para renovar permanentemente sus planes de estudio, de conformidad con los nuevos conocimientos que las propias universidades vayan generando a través de sus investigaciones y del compromiso de un profesorado que trabaje de manera decisiva por el avance de las distintas disciplinas que enseña; y 2) que el egresado del sistema universitario sea un profesional creativo, capaz de encontrar soluciones innovadoras a los problemas que enfrente, así como de cuestionar los esquemas (sociales, productivos, económicos, políticos, educativos) en que se encuentre inserto. Obviamente, estas transformaciones solo serían posibles en el marco de un debate permanente, serio y honesto sobre la realidad educativa nacional.